La Armada celebra un Acto de Homenaje a las Dotaciones de la Primera Circunnavegación a bordo de la fragata “Victoria”



Hoy ha tenido lugar un acto de Homenaje a las Dotaciones de la Primera Circunnavegación, que el día 10 de agosto de 1519 salieron desde Sevilla recalando en Sanlúcar de Barrameda desde donde partió definitivamente el día 20 de septiembre de 1519. Con motivo del V Centenario de su circunnavegación, buques de la Flota han zarpado esta mañana de la Base Naval de Rota llevando embarcadas autoridades civiles y militares así como diversos medios de comunicación.

A las 09.00 horas tuvo lugar la salida a la mar, llevándose a cabo diversas conferencias para continuar a las 11.00 con una Ceremonia de Homenaje a Bordo a aquellos marinos que dieron la primera vuelta al mundo, muchos de los cuales no regresaron nunca a su lugar de origen. El acto finalizó con una Exhibición aérea de la Patrulla Águila.

A continuación tuvo lugar una Meridiana para autoridades e invitados en el hangar del buque. Los actos fueron presididos por el Almirante de la Flota Manuel Garat Caramé, pronunciando un emotivo discurso en el que se homenajeo a los marineros de la expedición Magallanes-Elcano:

“Es para la Armada un gran honor presidir hoy este acto en memoria de los marineros que, en tal día como hoy hace 500 años, se hicieron a la mar para protagonizar una de las más grandes gestas de la historia.

Fue poco antes de tan singular acontecimiento cuando España comenzó a mirar al lejano oriente, iniciando una noble disputa con la nación hermana de Portugal por controlar las llamadas “islas de las especias”, a resultas de la cual se realizó la primera circunnavegación del planeta, completada heroicamente por Juan Sebastián de Elcano y algunos, muy pocos, de sus hombres.

Fue, como tantas otras de nuestra historia, una hazaña de hombres de mar. Gracias a aquellos marinos, aunque no lo sospecharan, se inició bajo los auspicios de la corona de España, la primera globalización de la historia.

Gracias a ellos, abrió España la primera ruta comercial transoceánica del mundo, la que siguieron los legendarios galeones de Manila, atravesando el inmenso océano Pacífico, y la invulnerable flota de indias, cruzando el indómito océano Atlántico, ininterrumpidamente, bajo pabellón español, sin apenas oposición, durante dos siglos y medio, propiciando para siempre, el abrazo de las viejas culturas de oriente y occidente con el nuevo mundo.

Como marinos españoles sentimos el inmenso orgullo de ser los principales herederos de esta gran hazaña. Una gesta, sin embargo, con vocación universal, subrayada por la participación –también- de gentes de las más importantes naciones del viejo continente: portugueses, italianos, franceses, ingleses, alemanes, flamencos y griegos, poniendo en juego, sobre un mismo tablero, todas sus virtudes, con el reto ineludible, aún hoy vigente, de alcanzar la concordia necesaria para que todos los pueblos de la tierra puedan colmar sus legítimas aspiraciones:

Una empresa, no obstante, con un alma indiscutiblemente española, en toda su concepción, sustentada por gentes de todos los rincones del reino: gallegos, asturianos y leoneses; castellanos y extremeños, aragoneses, valencianos y murcianos, navarros y vascos y, por supuesto, un nutrido grupo de valerosos marineros andaluces. Expertos navegantes, como siempre han sido los marinos de estas costas, que no podían faltar tampoco en el inicio y la culminación de esta gloriosa epopeya.

Y es que, desde siempre, las gentes de esta noble tierra, trabajando hombro con hombro con sus compatriotas de otras regiones de España, se han empeñado generosamente en engrandecer el nombre glorioso de nuestra nación: España, situándola con hechos como el que hoy conmemoramos, en el centro mismo de la historia universal.

Así, España ha sido siempre protagonista insustituible del progreso de la humanidad, aunando los esfuerzos de todos los españoles, de todos sus pueblos, para superar esas inútiles disputas, que son capaces de encerrarnos en el pasado, y avanzar decididamente hacia el futuro, con la mirada puesta ahora en un horizonte donde, en el seno de una Europa fuerte y solidaria, podremos seguir siendo actores principales de la historia, y con nuestro empeño, como antes lo hicimos con nuestros navíos, seguir contribuyendo al acercamiento de todos los pueblos de la tierra.

Con ese afán afirmamos hoy nuestro reconocimiento y nuestra gratitud hacia aquellos marineros que, hace cinco siglos, partieron de estas tierras y contribuyeron -sin duda- con sus indecibles sacrificios, a construir una España más grande y un mundo mejor”.

Acerca de la Primera Circunnavegación

El 10 de agosto de 1519, capitaneadas por Fernando de Magallanes, cinco naos (Santiago, San Antonio, Trinidad, Concepción y Victoria) con 239 tripulantes, parten desde el muelle de las Mulas en Sevilla, cerca del lado oeste del actual puente de San Telmo, descendiendo por el rio Guadalquivir hasta llegar a su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda. Allí estuvieron atracados varias semanas con el objeto de atender imprevistos y finalizar con el avituallamiento de la Flota, zarpando desde Sanlúcar de Barrameda el 20 de septiembre de 1519.

La expedición promovida por la Corona española, llevaba el objetivo de abrir una ruta comercial por occidente hasta las islas de las especias, las Molucas, donde radicaba uno de los comercios más lucrativos del momento. Para ello y poniendo sus proas siempre a poniente debían encontrar un paso o estrecho que uniera los dos grandes océanos del mundo, hasta entonces desconocidos.

Los tripulantes de la Armada vivieron toda suerte de vicisitudes que llevaron a muchos a perder la vida, entre ellos Magallanes, el impulsor del proyecto que no llegó a ver el final de la empresa, muriendo el 27 de abril de 1521 en la isla de Mactán sorprendido por un grupo de indígenas filipinos.

Los expedicionarios eligieron, como sustituto de Magallanes para capitanear el viaje de regreso, a Juan Sebastián Elcano, quién junto a tan solo 17 de los hombres al límites de sus fuerzas culmina la primera vuelta al mundo a bordo del único de los cinco navíos, la Nao Victoria, que tras recorrer más de 14.460 leguas (más de 37.500 millas náuticas), recalando en Sanlúcar de Barrameda el día 6 de septiembre de 1522 y arribando en Sevilla dos días más tarde, el 8 de septiembre de 1522.

Durante tres años la expedición atravesó los tres océanos y bordeó otros tantos continentes y aunque no era el objetivo principal, se demostró que la tierra era esférica, completándose así la primera circunnavegación de la Tierra de la historia.